Guía para padres: TDAH, TEA, ansiedad y otras señales de alerta en la infancia

August 8, 2025

Guía para padres: TDAH, TEA, ansiedad y otras señales de alerta en la infancia

Introducción: entendiendo los trastornos en la niñez

Los trastornos infantiles del desarrollo y del comportamiento aparecen en etapas tempranas y pueden afectar la atención, el aprendizaje, la comunicación, las emociones o la conducta. Dentro de los trastornos del neurodesarrollo (como TDAH, TEA o dificultades específicas del aprendizaje), los síntomas interfieren en el funcionamiento social, académico y familiar.

La detección y el diagnóstico temprano son determinantes: intervenir a tiempo aprovecha la neuroplasticidad del cerebro en desarrollo y mejora el pronóstico académico, emocional y social. En otras palabras, identificar señales a tiempo permite ofrecer apoyos adecuados justo cuando más impacto tienen.

Principales trastornos del desarrollo y comportamiento en la niñez

TDAH (Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad)

  • Síntomas: inatención (distracción, olvidos, dificultad para seguir instrucciones), hiperactividad (inquietud, dificultad para quedarse sentado) e impulsividad (interrupciones, dificultad para esperar turnos).
  • Cómo afecta: repercute en el rendimiento escolar, la organización diaria y las relaciones con iguales y adultos.
  • Estrategias de manejo inicial: estructurar rutinas, desglosar tareas, reforzamiento positivo, coordinación familia–escuela y uso de escalas validadas para orientar la evaluación.

Trastornos del Espectro Autista (TEA)

  • Características: dificultades persistentes en la comunicación e interacción social; patrones de conducta, intereses o actividades restringidos y repetitivos.
  • Signos tempranos:
    • Hacia los 6 meses: menor contacto visual o sonrisa social.
    • Entre 9 y 12 meses: no responder al nombre, no señalar ni seguir con la mirada, poco balbuceo o imitación de gestos.
  • Tipos/soporte: el DSM-5 clasifica por niveles de apoyo requerido, desde leve hasta significativo.

Trastornos del aprendizaje

  • Dislexia: dificultades en precisión y fluidez lectora, ortografía y decodificación.
  • Discalculia: dificultades para los hechos numéricos básicos, estimación, cálculo y resolución de problemas.
  • Trastornos del lenguaje: limitaciones en vocabulario, gramática, comprensión o expresión.
  • Detección: discrepancias persistentes entre esfuerzo y logro, errores característicos y lentitud inusual pese a apoyo; requieren evaluación psicopedagógica o neuropsicológica.

Trastornos de ansiedad infantiles

  • Manifestaciones:
    • Físicas: dolores de barriga o cabeza, sudoración, temblores, problemas de sueño.
    • Cognitivas: preocupaciones excesivas, miedos intensos, pesadillas.
    • Conductuales: rechazo escolar, evitación, irritabilidad y rabietas.
  • Reconocimiento: valorar duración, intensidad y malestar que interfieren en casa o escuela, más allá de miedos evolutivos esperables.

Trastornos del estado de ánimo

  • Depresión en niños y adolescentes:
    • Preescolar: irritabilidad, apego excesivo, juego empobrecido.
    • Escolar: dificultades de concentración, quejas somáticas, desinterés.
    • Adolescencia: tristeza o irritabilidad persistente, sentimientos de soledad o inutilidad y, en casos graves, ideación suicida.
  • Señales clave: cambios sostenidos en ánimo, energía, sueño, apetito y rendimiento.

Trastornos del sueño

  • Impacto: el sueño insuficiente altera la atención, la memoria y la regulación emocional; se asocia con hiperactividad, impulsividad, peor rendimiento escolar y más infecciones.
  • Señales: despertares frecuentes, ronquido habitual, dificultad para conciliar o mantener el sueño, somnolencia diurna.

Bullying (acoso escolar) y sus efectos psicológicos

  • Importante: el bullying no es un trastorno, pero sí un potente factor de riesgo.
  • Efectos: ansiedad, depresión, baja autoestima, aislamiento y, a largo plazo, puede asociarse con cambios neurobiológicos relacionados con el estrés crónico. Requiere detección y acción coordinada escuela–familia.

Guía rápida de identificación

CondiciónRasgos claveSignos tempranos/indicadoresPrimeros pasos recomendados
TDAHInatención, hiperactividad, impulsividadDificultad para seguir instrucciones, inquietud constanteRutinas, tareas por pasos, refuerzo positivo, consulta y escalas validadas
TEADificultades sociales y de comunicación; intereses restringidosPoca sonrisa social, no señalar, poco balbuceo (primer año)Cribado (p. ej., M-CHAT), evaluación especializada multidisciplinar
Dislexia/DiscalculiaLectura/ortografía o cálculo afectadosLectura lenta, errores típicos; dificultad con hechos numéricosEvaluación psicopedagógica/neuropsicológica, adaptaciones y apoyo
AnsiedadMiedos, preocupaciones, somatizacionesEvitación escolar, dolores físicos sin causa médicaTécnicas de relajación, rutina, consulta profesional
DepresiónÁnimo bajo/irritabilidad, cambios en sueño/apetitoDesinterés, aislamiento, quejas somáticasEscucha activa, mantener rutinas, derivación clínica
Trastornos del sueñoDificultad para conciliar o mantener el sueñoSomnolencia diurna, irritabilidadHigiene del sueño, horarios consistentes, consulta si persiste
BullyingDaño intencional y repetido entre igualesMiedo a ir al colegio, cambios bruscos de ánimoComunicación con el centro, plan antiacoso, apoyo psicológico

Señales de alerta para padres y educadores

  • Generales:
    • Dificultades persistentes en uno o varios aprendizajes pese a apoyo.
    • Rendimiento por debajo de lo esperable para su capacidad.
    • Cambios sostenidos en conducta, ánimo o sociabilidad.
  • Diferenciar lo típico de la alarma:
    • Típico: variaciones breves de atención o ánimo que no interfieren en lo escolar o social.
    • Alarma: síntomas intensos o duraderos (semanas/meses) que afectan la vida diaria en casa y escuela.
  • Observación práctica:
    • En casa: anota cuándo, cuánto y cómo aparece el comportamiento (diario breve).
    • En escuela: solicita registros de aula, trabajos y observaciones del tutor u orientación.
    • Comparar contextos: si ocurre en múltiples entornos, aumenta la relevancia clínica.

La importancia de una evaluación profesional rápida y objetiva

  • Ventajas:
    • Confirma o descarta sospechas con herramientas validadas.
    • Orienta intervenciones eficaces y evita etiquetas erróneas.
    • Reduce la ansiedad familiar y mejora la coordinación con la escuela.
  • Cómo te ayuda Crecerus:
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Recomendaciones para el acompañamiento y tratamiento inicial

  • En casa:
    • Rutinas predecibles (sueño, estudio, ocio).
    • Instrucciones breves y visuales; tareas en pasos cortos.
    • Refuerzo positivo frecuente y específico por esfuerzos y logros.
    • Técnicas de regulación: respiración diafragmática, pausas activas y “tiempos tranquilos”.
    • Higiene del sueño: horarios consistentes, pantallas fuera de la habitación y ritual relajante.
  • En la escuela:
    • Adaptaciones razonables (tiempo extra, fragmentar tareas, apoyos visuales).
    • Asientos con menor distractibilidad; consignas claras y por escrito.
    • Programas de habilidades sociales y prevención de bullying.
  • Seguimiento profesional:
    • Evaluación neuropsicológica o psicopedagógica cuando proceda.
    • Intervenciones basadas en evidencia (p. ej., terapia cognitivo-conductual para ansiedad).
    • Coordinación continua familia–escuela–salud; revisiones periódicas y objetivos medibles.

Casos de éxito y testimonios

  • Qué muestra la evidencia: la intervención temprana y coordinada mejora habilidades cognitivas, sociales y académicas, y aumenta la satisfacción familiar con el proceso diagnóstico.
  • Caso documentado en la literatura: un niño con señales tempranas de dificultades comunicativas y sensoriales recibió intervención multidisciplinar antes del diagnóstico formal de TEA; años después mostró mayor funcionalidad de la esperada sin intervención precoz. Claves: inicio temprano, abordaje integral y participación activa de la familia.

Conclusión: la detección temprana es clave para un desarrollo saludable

Conocer los principales trastornos de la niñez —incluidos TDAH, TEA, dificultades de aprendizaje, ansiedad, depresión, trastornos del sueño— y comprender el impacto del bullying permite actuar con rapidez y de forma informada. Un diagnóstico temprano y objetivo abre la puerta a apoyos eficaces en el momento de mayor beneficio.

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Nota importante: este artículo ofrece información general y no sustituye la evaluación profesional. Ante cualquier duda o señales de alarma, consulta con un especialista.

Fuentes consultadas en la investigación de referencia: CDC, Anales de Pediatría, Asociación Española de Pediatría, MSD Manuals, Mayo Clinic, Revista Colombiana de Psiquiatría, entre otras.